Ayuntamiento y Subdelegación desalojan dos asentamientos chabolistas
En las instalaciones, en pésimo estado de salubridad, residían 50 inmigrantes
S.P. / Huelva/moguer, moguer Actualizado 08.06.2010 - 05:01
La Subdelegación del Gobierno en Huelva y el Ayuntamiento de Moguer desmantelaron ayer dos asentamientos chabolistas en sendas fincas de campos freseros de la localidad onubense de Moguer, en los que residían más de 50 inmigrantes. Según informaron fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Huelva, en los desmantelamientos participaron agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Moguer, así como personal de Cruz Roja. La acción desarrollada, que se suma a los levantamientos llevados a cabo la semana pasada, obedece a la denuncia realizada por el Consistorio moguereño ante la Subdelegación en relación a la presencia de estos asentamientos. Concretamente, desde el Ayuntamiento se advertía de que con el final de la campaña de la fresa y la llegada del calor, "estos campamentos ilegales que no reúnen las condiciones mínimas para vivir se convierten en focos de contaminación donde proliferan parásitos como pulgas o garrapatas, detectándose en muchas ocasiones ratas y animales carroñeros que suponen un riesgo para la salubridad de las personas y para la preservación de medio natural". La mayoría de las personas que viven en estos campamentos, que no reúnen las condiciones mínimas de salubridad e higiene, son de origen subsahariano. Los campamentos más importantes detectados se encuentran en las localidades de Palos de la Frontera, Moguer, Lepe y alguna áreas de Almonte y Rociana (www.huelvainformacion.es)
El Mundo.es también se hace eco de esta noticia:
'Vivíamos mejor en África que aquí en el bosque'
Eduardo del Campo Huelva
Actualizado martes 08/06/2010 08:18 horas
Si lo hubiera visto así su padre, el sabio imán de su pueblo, se le habría partido el corazón. «Él no aceptaba que yo me marchase», dice el maliense de 29 años Aliou Traoré. No lo sabrá nunca, porque murió un año después. A las once de la mañana de ayer, Aliou esperaba dócil, resignadamente junto a una montaña de maletas, bidones, colchones y envases de comida a que se presentara la Guardia Civil y un tractor-grúa, para desalojarlo de la chabola que ha sido su hogar de miseria durante tres meses y arrasarla de raíz.
Como él, la mayoría de los inmigrantes africanos, casi todos de Malí, salvo algunos de Senegal y Guinea-Conakry, que sobreviven desde hace meses, o incluso uno o dos años, en este campamento de chabolas situado en un arenal entre pinos del término onubense de Moguer, en la zona de Las Madres, limitado por un arroyo y el campo fresero de Las Malvinas, se afanaba por poner a salvo sus pertenencias. El Ayuntamiento lo denunció ante la Subdelegación alegando que es un foco insalubre.
«¿Dónde vamos a ir? Construiremos una nueva chabola aquí, no hay alternativa», afirma uno de los desalojados. Otros, sin embargo, piden un billete de bus para irse; en Huelva, con o sin papeles, no hallan un solo jornal.
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