Después de la locura sin nombre del instante
en que la besé toda en un delirio ciego,
en que la besé toda en un delirio ciego,
como un trofeo triste, saqué sobre mis labios
un cabello de oro de su vientre de fuego.
Roja como su sangre, ella tendió su mano
y lo quitó enfadada con sus suaves dedos;
la rosa de su mano me acarició la barba
y yo le puse los ornatos de mis besos…
Luego, ¡cuánto reproche falso! Una negativa
rotunda, terminante, dura como de hierro,
que se deshizo, en un instante, como espuma,
Poema e imagen de Platero de: http://la-aldea-global.lacoctelera.net/post/2008/01/16/despues-la-locura-sin-nombre-del-instante-juan-ramon
un cabello de oro de su vientre de fuego.
Roja como su sangre, ella tendió su mano
y lo quitó enfadada con sus suaves dedos;
la rosa de su mano me acarició la barba
y yo le puse los ornatos de mis besos…
Luego, ¡cuánto reproche falso! Una negativa
rotunda, terminante, dura como de hierro,
que se deshizo, en un instante, como espuma,
al roce de una flor ardiente de deseo…
JUAN RAMON JIMÉNEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario