La Cooperativa Cuna de Platero de Moguer, que cuenta con más de 80 socios, trabaja actualmente en la manipulación de las plantas madre que darán lugar en los próximos meses a las afamadas fresas onubenses.
Las instalaciones de la cooperativa, ubicadas en el Camino de Montemayor, acogen a cerca de 250 mujeres que se encargan con gran maestría de seleccionar las platas de mayor calidad, un procedimiento “muy complicado que requiere experiencia previa para poder apreciar de un vistazo qué plantas son las más adecuadas”, tal y como explicó el encargado general de la cooperativa Juan Manuel Orta Carrasco.
Por ello, las manipuladoras son quienes se encargan desde hace varios años de la recogida de la fresa en plena campaña, de manera que “ya están muy familiarizadas con la fruta”, ya que la cooperativa suele mantener la misma plantilla “porque tenemos trabajadoras muy competentes”, indicó.
Estas trabajadoras tienen en sus manos las plantas que darán lugar a una de las principales fuentes de riqueza de la provincia onubense: la fresa. Se trata de plantas madre que llegan desde los viveros que posee la cooperativa en Cabezas de Alambre (Ávila), ya que “necesitan unas temperaturas muy bajas que en Huelva nunca se dan”. En los viveros se origina un total de 55 millones de plantas dirigidas a satisfacer la demanda de todos los socios de la cooperativa, ofreciendo cuatro variedades de fresa: camarosa, candonga, splendor y fortuna.
Por ello, su traslado (que debe completarse antes del 30 de octubre) se realiza en camiones especialmente acondicionados y se almacenan en cámaras con humidificadores a 3-4 grados centígrados y con una humedad en torno al 95 por ciento.
criterios de selección. Una vez que se inicia la manipulación, las plantas salen de las cámaras para pasar a las manos de las trabajadoras, que determinan la calidad de las mismas en función a tres criterios: la ramificación; el grosor del cuello y el largo del tallo; “tres aspectos que son fundamentales para que la planta pueda enraizarse en el campo y crecer”, señaló Orta. Se trata de un minucioso trabajo que se realiza “con el máximo mimo”.
Una vez seleccionadas las plantas de calidad, las trabajadoras realizan manojos que contienen un total de 10 plantas, y así hasta llenar una caja, que alberga 40 manojos y que pasa a los ‘palets’. A medida que éstos se van completando, son trasladados nuevamente a la cámara frigorífica, llamada ‘túnel de enfriamiento rápido’, donde se baja su temperatura a uno o dos grados, y allí esperan a que los agricultores acudan a recogerlos para llevarlos a sus fincas y plantarlos, cerrando así el proceso previo y dando lugar al periodo de maduración que dará lugar a la preciada fresa de Huelva.
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