La promesa realizada desde la Consejería de Medio Ambiente es no autorizar ni una sola hectárea de terreno de regadío que no estuviese reflejada en 2004 en el Plan de Ordenación del Territorio del Ámbito de Doñana (Potad), pero las actuaciones desarrolladas desde entonces por la Guardia Civil con la clausura de pozos ilegales y el precintado de construcciones levantadas sin permiso en numerosos puntos de la comarca demuestran que muchos han aprovechado la ausencia de un marco normativo claro para campar a sus anchas. Las irregularidades alimentan la sensación de que su presencia es consentida y que forman parte de una realidad social sin marcha atrás.Es preciso que las autoridades contribuyan a convertir la agricultura de Doñana y su entorno en sinónimo de calidad y que caminen al paso de muchos productores que, ateniéndose a la ley y con mucho esfuerzo, intentan poner en valor los recursos de la tierra. Únicamente así podrá mejorar la foto de nuestro patrimonio natural.
La ordenación de Doñana
Javier Chaparro
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