Los humedales onubenes, "a salvo" gracias a su gestión y restauración
Álvaro Cámara / La Rábida | Actualizado 21.07.2009 - 01:00
El retroceso de los espacios húmedos en territorio nacional fue uno de los aspectos que el director del curso 'Gestión sostenible de zonas húmedas', Javier Camacho hizo mención, al afirmar que "el 60% de los humedales en España se han perdido" a pesar de los esfuerzos que se han venido realizando en tareas de conservación y regeneración. Según Camacho, una de las causas es la existencia de "graves problemas" tanto en la gestión de estos humedales como por la contaminación que éstos sufren.
Este seminario se enmarca dentro de los cursos de verano que organiza la Universidad Internacional de Andalucía en su sede de La Rábida, y pretende proporcionar a sus alumnos una visión global del funcionamiento de los humedales. Sobre la situación de estos espacios en la provincia, el director del curso señaló que existen tres grandes núcleos, como las Marismas de Isla Cristina, las del Odiel y el Parque de Doñana, las cuales, según Camacho, tienen su problemática, pero que "de alguna forma están a salvo".
En lo que se refiere a Doñana, este espacio ha sufrido una serie de alteraciones, fundamentalmente "en los aportes hídricos, que todavía no están solucionados", con el inconveniente de que las consecuencias que podría sufrir este espacio en el futuro aún no están claras. Sobre las Marismas del Guadalquivir, "buena parte se han perdido de forma irreversible", aunque señaló que aún quedan algunos cauces "como el Brazo del Este, que a duras penas está sobreviviendo", mientras que otros como el Brazo de la Torre o el Brazo de los Jerónimos "se han perdido en su mayoría".
Para Camacho, las principales amenazas para la supervivencia de estos espacios naturales provienen "de cultivos intensivos", puesto que alteran la composición de la fauna y la flora del lugar, o de "arrastres de sedimentos", los cuales, en algunos casos, está colmatando hasta el 50% de la laguna.
Entre los riesgos potenciales para los humedales no se encuentra, según el director del seminario, el funcionamiento de las industrias, ya que, a su juicio, "la actividad industrial no tiene ningún efecto en la laguna". Camacho puso como ejemplo a la Laguna de Palos, y destacó que esto es debido "gracias a las actividades de restauración que se han hecho en todo el entorno" así como por la puesta en marcha de otras medidas como el cerramiento que se ha instalado, "que ha evitado el pastoreo abusivo".
Junto a estas actuaciones, el coordinador señaló que también se han llevado a cabo tareas de restauración "en zonas de gran importancia para la fauna" así como la recuperación de zonas destinadas a la formación de vegetales en el entorno. Esta flora, explicó, "crean a su vez microhábitats que favorecen a distintas especies, y eso hace que la biodiversidad aumente".
Esto ha hecho, según sus palabras, que la Laguna de Palos se haya convertido en los últimos años en la "principal laguna en términos de calidad ambiental y biodiversidad del Paraje Laguna de Palos y Las Madres", el cual se encuentra en las proximidades del polo industrial. Esto demuestra, según Camacho, la posibilidad de un desarrollo sostenible compatible con esta actividad. Según sus palabras, han aparecido en la laguna "cerca de treinta especies de aves amenazadas" que no habitaban en el paraje con anterioridad, al tiempo que resaltó el desarrollo de actividades de investigación y de educación ambiental en la zona.
El coordinador del seminario también hizo referencia al valor de los humedales "como fuente de bienes y servicios a la sociedad", tanto en la recarga de acuíferos como en el aprovisionamiento de alimentos procedentes de la caza o la pesca, así como su potencialidad en áreas como el turismo, la educación ambiental y la biodiversidad".
El director de la refinería CEPSA de La Rábida, Álvaro García, resaltó la importancia que poseen estos espacios naturales, al tiempo que valoró el trabajo "duro y preciso" de Javier Camacho como responsable de los trabajos realizados en la Laguna I de Palos de la Frontera. Según García, un total de 30.000 personas han ido a visitar este paraje a lo largo de ocho años, en un enclave donde "hay una diversidad importante, no sólo en cuanto a calidad sino también en cantidad".
Siguiendo con su intervención, el director de la refinería apuntó que la actividad de una refinería "pasa por tener claro" todo lo relativo a lo medioambiental. García destacó que estas instalaciones están sometidas "a unos controles exquisitos de emisiones, tanto a la atmósfera como a los medios acuático y terrestre".
Otro de los puntos a los que hizo mención es que el polo industrial "está rodeado de casetas para detectar elementos como óxido de nitrógeno, dióxido de azufre o partículas, y que todo estos datos los recibe la Administración "a tiempo real". García también se refirió a la adhesión de la Refinería de La Rábida al 'EMAS', "un sistema de gestión medioambiental que nos obliga a una mejora continua", y cuya suscripción, añadió el director de esta instalación, "es algo voluntario".
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