El político que ¿despolitizará Doñana?
Ecologistas y alcaldes del entorno del parque confían en que Felipe González llegue al Consejo para «trabajar y no sólo a tener un cargo más»
7 Enero 10 - Sevilla - Noelia Acedo
Durante su mandato al frente del Gobierno de España fue aprobado por la UE el I Plan de Desarrollo Sostenible de Doñana y ahora tendrá que gestionar los más de 200 millones que se prevé deje el segundo en los próximos tres años en el parque. Pero el aterrizaje de Felipe González en el Consejo de Participación del espacio protegido, en sustitución del biólogo y premio Príncipe de Asturias Ginés Morata, no será fácil. Basta con pulsar la opinión de algunos de los miembros del órgano rector para darse cuenta de que, como asegura el portavoz de WWF/Adena –propietaria de 3.000 hectáreas–, Juan Carlos del Olmo: «Doñana es un campo de batalla donde existen más presiones de las que pueda parecer». De hecho, él mismo lo primero que pide al histórico político es que «despolitice la gestión» del coto. A su juicio, González va a tener que enfrentarse a varios retos trascendentales, dado que el parque onubense «camina a marchas forzadas a un desastre medioambiental como Daimiel». Uno de ellos es «el crecimiento del cultivo ilegal de la fresa», que está provocando, entre otras cuestiones, «la invasión del monte público al oeste» o el que «empeore la calidad del agua por los pesticidas que se filtran a los acuíferos, de los que además chupan alrededor de 1.000 pozos ilegales, y la contaminan». En relación con el agua existen otros puntos negros como que, a pesar del espejismo del temporal, «los arroyos llevan el 20% menos de la que deberían». En definitiva, tendrá que «reorganizar el espacio agrario y ordenar el agua», dice. Además, según Del Olmo, «Doñana está cada día más cercada por las carreteras y los caminos asfaltados, a veces incluso por la Junta, donde mueren los linces». Otro escollo a superar: «El degradado Guadalquivir, principal arteria del parque». «El Puerto de Sevilla –explica– quiere dragarlo hasta su desembocadura, lo cual sería una catástrofe». Fundamental considera que el ex presidente entienda que «hablamos de un patrimonio de la humanidad cuyo futuro no se puede dirimir por intereses locales y al que hay que volver a colocar en un contexto nacional e internacional». A priori, desde WWF no «ven mal» que «un político de cierta envergadura» dirija el órgano si «usa su capacidad de influencia para algo positivo». Con todo, su portavoz matiza: «Habrá que ver cómo se posiciona ante el Plan de Ordenación de la Fresa que le hemos exigido a la Junta o ante el dragado que apoya el PSOE».A la lista de deberes que esperan al socialista, el miembro del Ecologistas en Acción, Juan Romero, añade el que «las aguas residuales sigan entrando» en el corazón del parque desde Almonte, Bollullos y Rociana, a través de la cuenca del arroyo del Partido; o «de las casas diseminadas en el campo y los polígonos industriales, que tampoco depuran». Apunta también que «el cordón de lagunas peridunares está seco, debido a las extracciones de la playa de Matalascañas», o la falta de un plan de emergencia y personal especializado «para actuar en caso de que haya una catástrofe provocada por el tránsito de petroleros por las costas de Huelva y Cádiz». El activista lanza además una sugerencia: «Habría que hacer un esfuerzo para incrementar la propiedad pública del espacio y recuperar las marismas transformadas». Su grupo está dispuesto a darle una oportunidad a González, pero, no olvida que «cuando era presidente del Gobierno central, se impulsó un tremebundo proyecto turístico-urbanístico en el entorno de Matalascañas, ‘Costa Doñana’, en el que además estaban involucradas personas allegadas a él, y sólo la gran movilización social que se produjo en contra logró pararlo». Romero y Del Olmo comparten con Greenpeace y los alcaldes de Palos y Moguer, Carmelo Romero y Juan José Volante, respectivamente, otra preocupación: el oleoducto de la Refinería Balboa. En ese sentido, el regidor palermo dice «no querer interpretar» que su nombramiento sea «consecuencia de ese plan». Confía en que González «venga a trabajar y no sólo a tener un cargo más» para que una «designación de renombre y gran altura como la suya no se quede en eso». Por su parte, Volante alumbra de nuevo la red de intereses que rodea al coto, amenazado por el cambio climático, al señalar que espera que tenga en cuenta que «el Potad cercena el desarrollo de los municipios de su entorno y que nos gustaría que tanto éste como el Potau, dieran cierto margen de libertad». Aboga por que «no se retroceda» en los planes urbanístico-turísticos de zonas del área como Mazagón, «que se han aprobado ahora», como «restos» de «Costa Doñana».
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