Moguer reza a la Virgen de Montemayor
Miles de romeros acudieron al Coto a venerar a la sagrada imagen · Los peregrinos iniciarán esta tarde el camino de regreso · La Misa de Mayordomos clausura los actos
C.Y. / Moguer | Actualizado 10.05.2010 - 07:59El Coto de Montemayor vivió ayer un día esplendoroso que concluyó con una brillante procesión de la Patrona moguereña. Los costaleros pasearon a su Virgen meciéndola entre un gentío que no paró de vitorearla y lanzarle piropos. La Virgen visitó a sus hermandades y la casa de los mayordomos.
La Patrona, que estrenaba el dorado del cetro, la media luna, la ráfaga y la corona que porta la Virgen, así como el plateado del incensario y la naveta, recibió el cariño de todo su pueblo y de los vecinos que vienen cada año a rendirle devoción y pleitesía.
Hoy lunes será el día de las despedidas y de las emociones contenidas. Los fieles iniciarán el camino de regreso a Moguer tras la celebración de una misa de mayordomos que tendrá lugar por la tarde. Y en ese mismo acto se procederá a entregar las insignias a los mayordomos del año próximo. La Casa de la Pradera toma el deseado relevo en la mayordomía.
Las seis hermandades filiales y las dos asociaciones de Montemayor acompañaron a los moguereños durante todo un fin de semana de devoción y sentimiento mariano en un Coto de Montemayor repleto de gente que acudió a rezar a la Patrona. Ni tan siquiera la amenaza de lluvia del sábado empañó unas jornadas de esplendor romero en los pinares que narró el Nobel Juan Ramón Jiménez.
Numerosas reuniones de amigos acudieron juntas a la fiesta en honor de la Virgen de Montemayor. Se cobijaron bajo la sombra de los chozos, uno de los elementos más curiosos de esta particular romería que cada año celebra Moguer por todo lo alto.
En la jornada dominical, se celebró en la explanada del Santuario la tradicional misa presidida por el párroco José Manuel Raposo y concelebrada por sacerdotes moguereños o vinculados a Moguer y por los capellanes de las hermandades filiales.
Sevillanas, bailes, piropos y pétalos de rosas acompañaron a la venerada imagen.
www.huelvainformacion.es
La Patrona, que estrenaba el dorado del cetro, la media luna, la ráfaga y la corona que porta la Virgen, así como el plateado del incensario y la naveta, recibió el cariño de todo su pueblo y de los vecinos que vienen cada año a rendirle devoción y pleitesía.
Hoy lunes será el día de las despedidas y de las emociones contenidas. Los fieles iniciarán el camino de regreso a Moguer tras la celebración de una misa de mayordomos que tendrá lugar por la tarde. Y en ese mismo acto se procederá a entregar las insignias a los mayordomos del año próximo. La Casa de la Pradera toma el deseado relevo en la mayordomía.
Las seis hermandades filiales y las dos asociaciones de Montemayor acompañaron a los moguereños durante todo un fin de semana de devoción y sentimiento mariano en un Coto de Montemayor repleto de gente que acudió a rezar a la Patrona. Ni tan siquiera la amenaza de lluvia del sábado empañó unas jornadas de esplendor romero en los pinares que narró el Nobel Juan Ramón Jiménez.
Numerosas reuniones de amigos acudieron juntas a la fiesta en honor de la Virgen de Montemayor. Se cobijaron bajo la sombra de los chozos, uno de los elementos más curiosos de esta particular romería que cada año celebra Moguer por todo lo alto.
En la jornada dominical, se celebró en la explanada del Santuario la tradicional misa presidida por el párroco José Manuel Raposo y concelebrada por sacerdotes moguereños o vinculados a Moguer y por los capellanes de las hermandades filiales.
Sevillanas, bailes, piropos y pétalos de rosas acompañaron a la venerada imagen.
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