Moguer 1936
29/04/2010
Escribe Antonio Orihuela en el prólogo de su libro Moguer 1936, presentado días pasados que: “No es cierto que esta publicación sea un escándalo, el escándalo es que se haya escrito en el año 2009 y por historiadores después de los hechos. Lo verdaderamente escandaloso pasó hace más de setenta años, en 1936”.
Si nos adentrándonos en el significado que la provincia de Huelva tuvo, en el contexto nacional en lo que se refiere a la Guerra Civil, como sector que pronto se incorporó al “bando nacional” junto a la caída de Sevilla en manos de los sediciosos, y que aportó, desde los primeros días, un ejemplo de resistencia y de bárbara represión durante los primeros meses del nominado “Alzamiento Nacional”, creemos que sólo estudios de esta magnitud, pueblo a pueblo, pueden dibujar una verdadera dimensión del conflicto del 36. Trabajos tan certeros como este que nos aporta Orihuela, contribuyen con sus datos concretos al conocimiento necesario de aquellos años. Por ello son precisos los estudios locales, pormenorizados, que aporten cifras concretas y que sirvan para dar una visión ajustada del conflicto y, sobre todo, de la depuración efectuada entre los no adheridos al “Movimiento” y sus familias, como bien demuestra este Moguer 1936.
Desde este análisis, Moguer es uno de los pueblos que, conociendo su importancia en el contexto de aquellos trágicos días, no se podía quedar atrás en un estudio profundo y serio de su historia más reciente. La iniciativa del la intensa labor de los últimos años de Antonio Orihuela, podrá definitivamente acercarnos, a ese vacío necesario de una desmemoria que algunos pretenden como la resolución final de una página más de la historia de España.
Esta investigación histórica de Moguer durante aquel periodo fraticida, no intenta reabrir heridas, ni cambiar los hechos, sino dejarlos en su lugar. Contar lo silenciado. Romper aquello que llegó un 29 de julio de 1936 a Moguer desde la Sevilla sublevada de Queipo de Llano, tan cercana a estas zonas de nuestra provincia y, - que el no haberse amotinado desde la primera hora-, iba a pagarse caro por estas tierras. Así, Antonio Orihuela pone en justo término los hechos con su objetividad de historiador.
Antonio Ramírez Almanza - www.gesticulando.com
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