Pertenecer a un núcleo que esté regido por dos ayuntamientos puede tener algunas ventajas o una infinidad de inconvenientes y problemas. Además, puede ser motivo de claras discriminaciones. Ésta es la situación que padecen desde hace décadas los vecinos de la urbanización El Picacho de Mazagón. Viendo su situación no es raro que muchos de ellos quieran segregarse y convertirse en el municipio 80 de Huelva.
Tras recorrer casi 2 kilómetros por la avenida de los Conquistadores de Mazagón, girando a la izquierda la avenida del Mar conduce hasta la urbanización El Picacho. Aparentemente, todo es normal. Casas de los vecinos junto a segundas residencias para el verano, pavimento bien asfaltado y aceras.
Sin embargo, esta situación es un mero espejismo. Transcurridos unos metros nos damos de bruces con la dura realidad con la que conviven los vecinos que habitan esta urbanización de Mazagón. El motivo: finaliza el municipio de Palos de la Frontera y comienza Moguer.
El asfalto deja paso a una zona de grietas y agujeros de dimensiones pocas veces vistas. Los habitantes de esta zona se han visto obligados a señalar los baches e, incluso, a reducir el uso del coche. La situación de agrava considerablemente al girar en primera curva a mano derecha. La avenida del Mar, casi desértica, presenta un aspecto desolador. En esta zona, los baches han dejado su lugar a agujeros en las que cabe algo más de una rueda de coche y desniveles en el maltrecho asfalto que, lo menos que podrían provocar, es la rotura de los amortiguadores de los ‘atrevidos’ vehículos que pasen por allí.
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