El paro y el mal tiempo reducen a una quinta parte la contratación en origen
Frente a los 14.367 trabajadores que llegaron el año pasado, la presente campaña se ha cerrado con 3.000 · Empresarios y administraciones dan por concluido el proceso de captación de mano de obra · El 80% de los temporeros residen en Huelva
Ana Vives Casas / Huelva | Actualizado 15.04.2010 - 01:00
Nadie pone en duda que la campaña agrícola de este año ha sido singular y difícil. Las condiciones meteorológicas han echado por tierra cualquier planificación y, lo peor, han concentrado demasiado el punto álgido del proceso de recolección de la fresa en la provincia (que comenzó en Semana Santa y se ha extendido durante diez días más). Pero, además, la foto fija de las plantaciones ha cambiado. Si hasta hace dos años se contaba con más de 30.000 temporeros contratados en origen, éste sólo se ha firmado el compromiso con 3.000, frente a los casi 14.400 que llegaron el año pasado. El motivo no pasa por la reducción de superficie plantada y de la producción (que las ha habido), sino porque los elevados índices de paro han llevado a que las administraciones prioricen (como ya ocurrió el año pasado) la contratación de trabajadores locales (residentes en la provincia, ya sean de Huelva, de otras provincias o extranjeros). Eso ha propiciado que el 80% de la mano de obra este año haya sido de residentes en la provincia, mientras que el otro 20% se ha completado con trabajadores de otras provincias, extranjeros y contratos en origen (el año pasado el 20% prácticamente lo completó el cupo de origen).
La Comisión de Flujos Migratorios (en la que están presentes las administraciones, los sindicatos y los empresarios) se reunió ayer para realizar un seguimiento de la campaña y todos sus miembros coincidieron en lo mismo: no hacen falta más trabajadores para concluir la temporada, la mano de obra está "perfectamente cubierta". La insistencia llega después de numerosos bailes de cifras y declaraciones contrapuestas durante los últimos días, en los que por un lado se demandaban más temporeros y, por otro, se negaba esa necesidad, principalmente con el temor de crear falsas expectativas y provocar un efecto llamada que desencadenase en conflictos sociales. "Tenemos que tener mucho cuidado para que no se desplacen trabajadores sin contrato previo o con la ilusión de participar en nuestra campaña, porque todo el mercado de trabajo está cubierto y no se necesitan más", insistía ayer el subdelegado del Gobierno, Manuel Bago, minutos antes de l celebración de la Comisión de Flujos de Migratorios.
En noviembre de año pasado se fijó en 3.000 el número de trabajadores extranjeros que debían formar parte del cupo de contratos en origen, para garantizar el buen funcionamiento de la campaña. Se dejó claro que únicamente se utilizaría para casos extremos y que la procedencia sería exclusivamente de Marruecos ( hasta el año pasado llegaban además de otros países como Senegal, Ucrania o Ecuador). Pero el tiempo ha trastocado toda previsión y antes de Semana Santa, los empresarios realizaron una nueva petición, según explicó ayer el subdelegado del Gobierno, Manuel Bago, que aclaró que "es esa segunda petición la que no ha sido necesaria". Una idea que se corrobora desde Freshuelva, que aglutina la mayor parte de las explotaciones: "La recolección se ha concentrado muchísimo, en un breve espacio de tiempo y eso nos llevó a solicitar ese añadido, pero finalmente se ha descartado", explicó ayer a este periódico el gerente de la patronal, Rafael Guillén.
En total, se calcula que este año serán entre 60.000 y 65.000 los trabajadores que participen en la campaña, frente a los 75.000 y hasta 90.000 que se han venido empleando en años anteriores, con un alto volumen de residentes en Huelva, que llegan del sector de la construcción, que absorbió parte de la mano de obra de la agricultura en pleno apogeo del ladrillo. El número de trabajadores ha caído, pero no tanto como lo ha hecho el de la superficie plantada (que ha pasado de las 6.500 hectáreas de 2009 a las casi 6.300 de este año). Donde sí se cerrará un fuerte descenso es en la producción: se esperaban 245.000 toneladas, que se han ido rebajando hasta las 185.000 por culpa de las inclemencias del tiempo, que han provocado la pérdida (a falta de un balance definitivo al término de la campaña) de entre un 20 y un 30% de la producción. Unas estimaciones que podrían cambiar en tan sólo unos días, después de que de nuevo hayan comenzado las lluvias, principal enemigo del producto en la recta final de la temporada. De ahí, que desde Freshuelva se asegure que "este fin de semana es determinante. Todos miramos al cielo". Y es que el tiempo corre en su contra porque a partir de ahora el mercado se abre a la fresa de Francia, Italia, Bélgica y (en breve) Alemania, lo que reduce "significativamente" los pedidos que llegan a Huelva y obliga a rebajar los precios ante un exceso de oferta.
www.huelvainformacion.es
La Comisión de Flujos Migratorios (en la que están presentes las administraciones, los sindicatos y los empresarios) se reunió ayer para realizar un seguimiento de la campaña y todos sus miembros coincidieron en lo mismo: no hacen falta más trabajadores para concluir la temporada, la mano de obra está "perfectamente cubierta". La insistencia llega después de numerosos bailes de cifras y declaraciones contrapuestas durante los últimos días, en los que por un lado se demandaban más temporeros y, por otro, se negaba esa necesidad, principalmente con el temor de crear falsas expectativas y provocar un efecto llamada que desencadenase en conflictos sociales. "Tenemos que tener mucho cuidado para que no se desplacen trabajadores sin contrato previo o con la ilusión de participar en nuestra campaña, porque todo el mercado de trabajo está cubierto y no se necesitan más", insistía ayer el subdelegado del Gobierno, Manuel Bago, minutos antes de l celebración de la Comisión de Flujos de Migratorios.
En noviembre de año pasado se fijó en 3.000 el número de trabajadores extranjeros que debían formar parte del cupo de contratos en origen, para garantizar el buen funcionamiento de la campaña. Se dejó claro que únicamente se utilizaría para casos extremos y que la procedencia sería exclusivamente de Marruecos ( hasta el año pasado llegaban además de otros países como Senegal, Ucrania o Ecuador). Pero el tiempo ha trastocado toda previsión y antes de Semana Santa, los empresarios realizaron una nueva petición, según explicó ayer el subdelegado del Gobierno, Manuel Bago, que aclaró que "es esa segunda petición la que no ha sido necesaria". Una idea que se corrobora desde Freshuelva, que aglutina la mayor parte de las explotaciones: "La recolección se ha concentrado muchísimo, en un breve espacio de tiempo y eso nos llevó a solicitar ese añadido, pero finalmente se ha descartado", explicó ayer a este periódico el gerente de la patronal, Rafael Guillén.
En total, se calcula que este año serán entre 60.000 y 65.000 los trabajadores que participen en la campaña, frente a los 75.000 y hasta 90.000 que se han venido empleando en años anteriores, con un alto volumen de residentes en Huelva, que llegan del sector de la construcción, que absorbió parte de la mano de obra de la agricultura en pleno apogeo del ladrillo. El número de trabajadores ha caído, pero no tanto como lo ha hecho el de la superficie plantada (que ha pasado de las 6.500 hectáreas de 2009 a las casi 6.300 de este año). Donde sí se cerrará un fuerte descenso es en la producción: se esperaban 245.000 toneladas, que se han ido rebajando hasta las 185.000 por culpa de las inclemencias del tiempo, que han provocado la pérdida (a falta de un balance definitivo al término de la campaña) de entre un 20 y un 30% de la producción. Unas estimaciones que podrían cambiar en tan sólo unos días, después de que de nuevo hayan comenzado las lluvias, principal enemigo del producto en la recta final de la temporada. De ahí, que desde Freshuelva se asegure que "este fin de semana es determinante. Todos miramos al cielo". Y es que el tiempo corre en su contra porque a partir de ahora el mercado se abre a la fresa de Francia, Italia, Bélgica y (en breve) Alemania, lo que reduce "significativamente" los pedidos que llegan a Huelva y obliga a rebajar los precios ante un exceso de oferta.
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