En marzo
02/03/2010
En clave de sol, a estas alturas del año. Como debiera ser. Porque ni en febrero deseó buscar la sombra el perro, ni en marzo pueden aún justificar al refranero el perro y el amo. Y es que, lluvias y lluvias sobre mojado, no cabe, no apetece otro goteo más que el de las palabras esperadas, aquéllas del poema referidas a brotes en inconsciente necesidad; a ecos de una mar menos enfurecida; a la derrota aceptada del frío; a la imposibilidad del aire para alimentar tanta primavera. Y mientras, aquí estamos, viandantes forzados a seguir según las circunstancias, a entrar en este juego de extraños en el que ni el propio marzo (el último en llegar, por ahora) se reconoce. Pero algún día – muy pronto, es de suponer- esto habrá de cambiar, suspensa como permanece igualmente la memoria en lo que nunca fueron sólo rayos y truenos, vértigos o fracturados parajes litorales y de interior (¿alguien recuerda un invierno de asedios semejantes?), sino armoniosa contemplación y lectura de los nombres entre los que crecimos y que, por ello, nos quedaron vinculados para siempre. Mirando también hacia afuera y adentro, mundo que es, en definitiva, lugar de partida hacia donde queramos ir. Individual y colectivamente. Porque, pese a todo, cerca o lejos tampoco nos ha de faltar esa llama o campana encendida que oriente. Cuestión de confianza. Y de apreciar su valor. Lo nuestro. Como el mismo tiempo…(www.gesticulando.com)
Fotos de la plaza de Mazagón: autor del blog.
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